Por ti.

Cuando no quede nada,
ni un destello,
ni una mirada,
ni una sombra en las paredes.
Ni siquiera un fulgor,
un amor correspondido,
o un temor equitativo.

Cuando no hay nadie
en este mundo
ni en el que venga,
por quien luchar
o por quien morir.

Cuando ni siquiera se encienda
la llama vigorosa
de la venganza no consumada,
ni haya a quien vengar
ni quien me vengue.

Cuando nadie quede para ti,
para tu alma
o tus encantos,
y se haya llevado el tiempo
la belleza y los halagos,
o se haya ido quien clamaba
y juraba que te amaba.

Cuando todo eso pase,
y llores en la ausencia,
seré yo quien luche,
quien por ti muera,
quien con los hechos prometa,
quede por ti,
quien tema.

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