Poema I. Sobre los miedos a lo desconocido.

Me iba acercando,
a cada paso,
a cada instante,
a un precipicio insalvable,
a un abismo sin ti.
Salté y caí,
sin ayuda o salvaguarda,
a un universo en espiral
de plena oscuridad
y temores ávidos de sangre.

Me alejé sin remedio,
de esta llama que consume
y no deja pie al miedo.
Me guardé aquellos juegos,
entre las sábanas
y las luces del alba blanca.
Confundí mi bando,
vi que este no era mi sitio,
que aquella no era yo.
Derrumbé cada obstáculo,
para cerrarlo tras de mi,
con un muro más sólido,
una barrera inquebrantable.

Sonaban los violines a lo lejos,
de lo que pudimos haber sido,
de quienes se miran cómplices.
Entendí entonces,
ilusa de mi,
que no todo estaba perdido,
que la distancia todo lo cura,
y más si me voy contigo.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Perder lo imperdible

Poema VII. Sobre la momentaneidad de los tiempos

Al silencio