Las leyes de tu cama

Las leyes de tu cama no tienen ni orden ni concierto,
las dicta el tiempo y la distancia,
se acumulan en la puerta cerrada por dentro,
quieren sembrar poco a poco la discrepancia.

Las leyes de tu cama son claras en cuanto a tu almohada,
es de ambos y nada más,
se refiere a mi cabeza en tu pecho apoyada,
a todos esos sueños que compartimos además.

Las leyes de tu cama las escribes tú conmigo
en un atardecer de colores vivos,
con cada paseo de tus labios sin vértigo,
sin necesidad de egos ni caracteres altivos.

Las leyes de tu cama trascienden el momento,
el espacio poco les aporta,
y aún a sabiendas de que esto es un burdo intento,
las escribimos, aunque no nos importan.

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