El verano

Me daría esta vez
de bruces
contra el verano,
pausado y tierno,
en abrazos cálidos,
en perfumes embriagadores.
Me caería,
sin remedio,
al cobijo de tus ojos
de miel centrífuga,
al son de una puesta de sol
de mis amores.

Ya siento el vacío
de quien se sabe vencido,
una lucha desarmada,
ofrecida a tus colores,
seducida por tus encantos.
Ya noto la brisa,
lo pasivo de querer caer,
una tormenta se avecina,
vuelve el mundo al dolor,
me miran con espanto.

Grito que estoy loca,
que es el corazón mi timón,
que siento pena de aquellos
que no quisieron morir por amor.

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