Por ti.
Cuando no quede nada, ni un destello, ni una mirada, ni una sombra en las paredes. Ni siquiera un fulgor, un amor correspondido, o un temor equitativo. Cuando no hay nadie en este mundo ni en el que venga, por quien luchar o por quien morir. Cuando ni siquiera se encienda la llama vigorosa de la venganza no consumada, ni haya a quien vengar ni quien me vengue. Cuando nadie quede para ti, para tu alma o tus encantos, y se haya llevado el tiempo la belleza y los halagos, o se haya ido quien clamaba y juraba que te amaba. Cuando todo eso pase, y llores en la ausencia, seré yo quien luche, quien por ti muera, quien con los hechos prometa, quede por ti, quien tema.